Llamada para un parto – Síntomas que indican que vas a dar a luz
Escrito por: Camilo Bolívar
Asesorado por la experta Aida Pulido
Han transcurrido 9 meses: días más, días menos. Periodo de sorpresas, alegrías, interrogantes, incertidumbres, miedos, antojos y ansiedades. Pero la hora anhelada se acerca y ese ser que con tanto amor y dedicación mantuviste protegido en tu vientre como el mayor de tus tesoros, ya quiere alzar vuelo, soltar sus alas y llamar a la puerta de tu corazón para decirte: “mami, ya estoy listo para traspasarla y enfrentar al mundo”.
Pero tu hijo no será ingrato, y aunque es difícil presagiar el preciso instante en el que comienza el proceso del parto, es posible que con antelación percibas algunas señales que te permitirán alistarte para este momento especial, entre las más comunes las siguientes.

Más contracciones. Por algunos meses has tenido las contracciones normales del embarazo. Sin embargo, en las últimas semanas de la gestación serán más habituales, de mayor continuidad e intensidad y, probablemente, sentidas entre cada 10 y 20 minutos.
No obstante, al acercarse el día decisivo serán más frecuentes y con un dolor más intenso. Por eso procura mantenerte alerta, porque si experimentas entre 2 y 5 contracciones cada 10 minutos, y cada una de ellas dura entre 60 y 90 segundos, será una pista importante para saber que ha comenzado el trabajo de parto.
La diferencia entre las contracciones del “falso parto” o las de Braxton Hicks, como también se les conoce a las que comenzaste a sentir hacia la semana 28 de la gestación, o poco antes, radica en que las primeras surgen de vez en cuando, por poco tiempo y sin dolor, mientras que las cercanas al alumbramiento son regulares, rítmicas, progresivas e intensas.
Encajamiento. Sucede cuando tu bebé comienza a prepararse para el parto y desciende para acoplarse en la pelvis. También baja tu abdomen, y aunque notarás mayor peso en el bajo vientre y en la vejiga, tendrás alivio porque podrás respirar mejor, pues tus costillas y toda la caja torácica ya no estarán tan presionadas.
Si es tu primera vez como gestante, lo más probable es que el encajamiento ocurra entre las dos y cuatro semanas previas al nacimiento. Por el contrario, si ya eres experta, puede producirse en las horas anteriores al parto o, incluso, durante el mismo.
Caída del tapón mucoso. Durante el embarazo has almacenado en el cuello del útero secreciones vaginales que forman el tapón mucoso, una sustancia que protege a tu pequeño de infecciones y agentes externos. Es espeso, pegajoso, transparente y tal vez con visos rosados y rojos debido a pequeñas muestras de sangre.
Cuando la cérvix empieza a dilatarse por la proximidad del parto, es factible que dicho tapón sea expulsado en su totalidad o como flujo vaginal durante algunos días. Y como puedes perderlo a escasos días o semanas del nacimiento, también puede suceder a pocas horas de dar a luz.
Rompimiento de membranas (o fuente, como se conoce popularmente). Ocurre si el saco amniótico que cubre a tu niño se rompe y a través de la vagina comienza a brotar un líquido transparente sin que puedas evitar su salida. Es una de las manifestaciones certeras de que la hora tan anhelada por ti se acerca, aunque no necesariamente tendrás contracciones antes de este proceso.
Si sale escaso líquido no significa que no hayas roto membranas, es probable que la cabeza del bebé obre como tapón e impida un escape más abundante. De cualquier manera, consulta inmediatamente con tu especialista, tal vez es la hora de asistir al centro médico donde tendrás a tu niño.
Cuéntale si notas que el líquido tiene sangre o si es verde, café o amarillo, colores que pueden revelar la presencia de meconio, la primera deposición del recién nacido y, en este caso, sufrimiento e inconvenientes para él.
Variaciones del cuello del útero. Los cambios en este órgano anuncian la cercanía del parto. Y entre ellos podrás apreciar desde días anteriores su ablandamiento y, debido a las contracciones, un adelgazamiento y una dilatación de uno o dos centímetros si ya has dado a luz.
Pero si es tu primera vez, lo más seguro es que la dilatación comience cuando estés a punto de parir. Para que tu hijo pueda atravesar el canal vaginal y nacer bien, el cuello del útero debe dilatarse por completo, es decir hasta los 10 centímetros.
Otros anuncios. Los síntomas cercanos al parto no tienen un orden preestablecido ni son todos similares en cada gestante. Y hay algunos que aunque no pueden considerarse como regla general, es posible que se manifiesten en el organismo de algunas futuras madres, entre ellos:
• Inestabilidad emocional
• Demasiada ansiedad
• Más cansancio
• Mayor grado de nerviosismo
• Irritabilidad
• Abdomen tensionado
• Dolores de espalda o abdominal
• Náuseas
• Diarrea
• Debilidad acentuada
• Cese en el aumento de peso
• Temblores
• Sensación de frío
• Inflamación del vientre, piernas y tobillos
• Calambres
• Somnolencia
• Cambios en el sueño
• Picor vaginal
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